Mucho se llenan la boca algunos con palabras -para ellos ‘palabros’- como libertad, y otras, tantas otras. Centrémonos sólo en ‘libertad‘, cuyo concepto está tan tergiversado por unos y por otros. Ojo, no hablo de política, aunque pudiera parecerlo.
Para unos libertad es una cosa y para otros, insisto, personas, es otra, hasta que, mira tú por donde, llegó Internet, o mejor dicho, se desarrolló Internet, y se creó el espacio en el que todos -o casi todos- pueden, podemos, decir las verdades como puños, y para muestra un botón:
Esta verdad conocida -para algunos ilustre demagogia- que, yo confieso, es la que me ha animado a escribir este post, no nos descubre las otras verdades desclasificadas en los documentos de WikiLeaks de este fin de semana -y de los que vienen- pero sí nos dan una idea de la fuerza en la difusión que puede tener este medio, Internet, al que los que tienen el deber de comunicar siguen sin mirar, en la gran mayoría de los casos, con la atención que merece, aduciendo ‘falta de rigor’ que yo más bien veo en ellos mismos.
La libertad -centrándonos de nuevo- pasa, inexcusablemente por la información, y en el caso de los que ejercen de comunicadores por el rigor. Herramientas como WikiLeaks, cada vez más comunes por estos espacios digitales, son las que van a dar al traste con la vieja forma de informar y -lo vamos a decir- con la milenaria forma de manipular de los que gobiernan, en un mundo que se dispone a que todos sus componentes ejerzan de periodistas y denuncien, sí, denuncien, todo lo que de forma sistemática nos han ido ocultando gracias a la concentración de los espacios de información, algo que ahora se me antoja cada vez más difícil ante la atomización, popularización y extensión de miles de fuentes de documentación y emisión de noticias.
La revista Time, definía así WikiLeaks ‘Could become as important a journalistic tool as the Freedom of Information Act.‘. Me quedo con ambas partes de tan acertada frase, herramienta periodística, una más, y la libertad de la información, la verdadera libertad vestida de información abierta, siendo muy elocuente y descriptivo también el espacio biográfico de WikiLeaks en Twitter, que con un simple ‘We open governments‘ está haciendo temblar las cañillas a más de uno, pasando de la modalidad en auge del ‘Open Government‘ a hacerlo por el artículo 33 -35 para algunos-, abriéndolo al más puro estilo abrelatas, y sin preguntar.
Seguiremos informando. Vayan acostumbrándose.
Estoy totalmente de acuerdo, sobre todo con el punto que me dice que estas son las nuevas formas con las que podemos evitar el manipuleo de quienes nos gobiernan.
Yo creo que aquellos que comunican sí están al pendientes del internet y sobre todo de estos espacios, pero son demasiados sus intereses personales que terminan por voltear a otro lado y entregarse.
Además veo que utilizan también todas estas opiniones para redondear «sus propias ideas» las cuales no dejan de ser una simple recopilación de lo que Ustedes y muchos otros se han propuesto difundir, en busca de una Vedad con Libertad.
Acá en Saltillo, Coah. tienen ahora un nuevo seguidor, hasta la próxima.